El vino nos acompaña desde hace milenios y tras cada botella se esconde un duro trabajo de elaboración donde los depósitos de vino son parte protagonista.
¿Sábes cómo aparecieron y su relevancia en la creación de esos vinos que tanto te gustan? Te lo contamos.
¿QUÉ ES UN DEPÓSITO DE VINO?
Los depósitos de vino, en algunos lugares también llamados tanques, cubas o tinas, son contenedores donde se efectúa la fermentación del vino. Durante este proceso, el mosto de la uva se convierte en vino gracias a la acción de las levaduras que transforman los azúcares en alcohol.
Es por ello que son un elemento importante en el proceso de vinificación de los vinos DOCa Rioja, puesto que influyen en las características del vino que se elabora en ellos.
HISTORIA DE LOS DEPÓSITOS DE VINO
Debemos remontarnos a la antigüedad para conocer la historia de los depósitos de vino. En esos tiempos, los primeros elaboradores de vino buscaban la manera de almacenar el vino para que se conservase de mejor forma. Griegos y romanos usaban ánforas de barro para transportar y almacenar el vino, convirtiéndose, estos recipientes, en los “antecesores” de los actuales depósitos de vino.
Más tarde, descubrirían que el tipo de recipiente en el que almacenaban el vino, influía en su sabor y calidad y aparecieron entonces depósitos de madera, generalmente de roble, nuestras barricas. En uso hasta el día de hoy, tienen la característica única de permitir que una pequeña cantidad de oxígeno esté en contacto con el vino y que este “respire” , lo que hace que se suavicen sus taninos y gane complejidad.
Pero fue con la revolución industrial en el siglo XIX, cuando aparecieron nuevos materiales como el acero inoxidable. Siendo un material que no aporta sabores adicionales al vino, permite controlar el proceso de elaboración del vino en su interior, la fermentación y conservar las características de las uvas.
Los depósitos de acero inoxidable, son los más utilizados en el sector vinícola hoy en día, primeramente porque son duraderos, resistentes y fáciles de limpiar, pero no son simples contenedores, ya que hacen posible que tengamos un preciso control sobre la temperatura mientras se realiza la fermentación , conservando así la franqueza en el sabor de las distintas variedades de las uvas que utilizamos en la elaboración de nuestros vinos.